¿Qué riesgo tengo de desarrollar un cáncer?, ¿puedo modificar mi riesgo de padecerlo?, ¿qué factores hacen más probable el desarrollo de un cáncer?. En este post trataremos estas cuestiones y expondremos la manera de reducir el riesgo de desarrollar cáncer adaptando una serie de cambios en nuestro estilo de vida.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer se inicia cuando algunas células del organismo se multiplican de manera descontrolada, sin ninguna regulación, pudiendo posteriormente expandirse fuera de su zona de crecimiento inicial a otros lugares, creando metástasis. El cáncer es la segunda causa de muerte a nivel global tras las enfermedades cardiovasculares.
El cáncer no es una enfermedad única, existen múltiples tipos, por lo que tanto el tratamiento como los factores de riesgo pueden ser completamente diferentes según el tipo de cáncer del que estemos hablando.
Nuestro estilo de vida, el ambiente en el que vivimos y factores que escapan a nuestro control como nuestra genética y nuestra edad, pueden aumentar o reducir el riesgo de cáncer, así como el pronóstico del mismo. Este artículo extrae parte de la información sobre el cáncer de Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors (GBD), donde puede consultarse el artículo original en inglés y ampliar toda esta información.
¿Qué factores modificables influyen en el desarrollo del cáncer?
En relación a factores de riesgo que suponen una enorme influencia sobre la aparición del cáncer debemos nombrar el tabaco, el alcohol y un IMC alto. En total, con estos 3 factores de riesgo y otros de menor relevancia para el cáncer durante el año 2019 se produjeron casi 4,5 millones de muertes a nivel global, según el informe de Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors (GBD). Esa cifra representa casi el 45% de todas las muertes atribuibles sólo al cáncer.
A continuación veremos los factores de riesgo modificables más importantes de cara al desarrollo del cáncer:
1- Tabaco
El tabaco es la principal causa de cáncer y muerte evitable. No existe el consumo seguro de tabaco, cualquier dosis es perjudicial.
El cáncer que se asocia al consumo de tabaco, tanto como fumador activo como fumador pasivo, es el cáncer de pulmón, garganta y laringe, de sistema digestivo (esófago, boca, estómago, páncreas, hígado,colon, recto), sistema urinario (vejiga, riñón), cérvix y leucemia mieloide aguda.
2- Alcohol
El consumo de alcohol incrementa el riesgo de cáncer en la cavidad oral, esófago, laringe, garganta, mama, colon e hígado, entre otros. Este riesgo se multiplica si a la vez se consume tabaco.
Pese a que algunas bebidas sobre todo las fermentadas (vino, cerveza…) poseen algunos compuestos de interés como el resveratrol, las cantidades de vino que es necesario consumir para alcanzar dosis adecuadas de este micronutriente superan con mucho el máximo consumo recomendado de alcohol. Si quieres saber más sobre los suplementos antiaging y las claves contra el envejecimiento pulsa sobre el siguiente enlace.
3- IMC>30kg/m2
Un IMC superior a 30kg/m2 se asocia a distintos tipos de cáncer como de colon, de recto, esófago, riñón, páncreas, vesícula biliar, tiroides, meningioma y ovario. En mujeres se ha visto que incrementa el riesgo de cáncer de endometrio y mama. Este mayor riesgo se explica por una inflamación de bajo impacto pero a largo plazo y altos niveles de insulina y estrógenos a causa de la obesidad.
Adicionalmente, un alto IMC se ha visto asociado a otras patologías no oncológicas como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial (HTA), dislipemias, artrosis y síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), entre otros.
Otros factores de gran influencia en el desarrollo de cáncer son:
4- Dieta
Muy relacionado con el apartado anterior, pues una dieta hipercalórica conduce por necesidad a una obesidad a medio o largo plazo, según el IMC de partida.
No obstante, la dieta también puede ser vista como un factor de riesgo independiente para el desarrollo de cáncer. Por ejemplo, una dieta rica en grasas saturadas o en carne roja y escasa en fibra aumenta el riesgo de cáncer colorrectal.
Otros alimentos que también pueden aumentar el riesgo de cáncer son aquellos hechos a la brasa o parrilla, pues contienen gran cantidad de aminas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos, asociadas a cáncer gástrico. De hecho, la población japonesa, consumidora de grandes cantidades de alimentos ahumados, presenta una mayor incidencia de cáncer gástrico que poblaciones no consumidoras de productos ahumados.
En relación a los edulcorantes autorizados para uso alimentario como aspartamo, sacarina, ciclamato y sucralfato, no se han asociado a un incremento del riesgo de cáncer y pueden ser usados con seguridad a las dosis de consumo habitual.
5- Inflamación crónica
También relacionado con la dieta, nuestra alimentación puede ser una fuente de inflamación crónica. Una dieta hipercalórica y/o baja en antioxidantes puede causar un estrés oxidativo dañino para el ADN de nuestras células.
Además de la alimentación, enfermedades crónicas pueden causar un estado de inflamación crónica que haga más probables otras enfermedades degenerativas o incluso cáncer, como ocurre con la artritis reumatoide, colitis ulcerosa o la propia obesidad, como patología proinflamatoria que es.
Por último, las infecciones agudas de repetición o una infección crónica promueve un estado inflamatorio que hace más probable el cáncer.
6- Infecciones
Algunas infecciones incrementan el riesgo de cáncer ya sea de manera directa o indirecta. La manera directa sería promover una división celular descontrolada, como ocurre con el cáncer de endometrio o Burkitt. La manera indirecta sería mediante el debilitamiento del sistema inmune, que es la manera de actuar del VIH.
En nuestro medio resultan de importancia los siguientes agentes infecciosos:
- El virus del papiloma humano incrementa el riesgo de cáncer de cuello uterino, pene, vagina, ano y orofaringe,
- El virus de la inmunodeficiencia humana se relaciona con un mayor riesgo para cánceres de hígado, garganta, pulmón, cérvix, ano, pulmón, sarcoma de Kaposi y linfomas Hodgkin y no Hodgkin.
- Los virus de la hepatitis B y C se asocian a un aumento del riesgo de cáncer hepático.
- El virus de Epstein-Barr aumenta el riesgo de linfoma de Burkitt y cáncer de nariz y garganta.
- La bacteria Helicobacter pylori, que incrementa el riesgo de cáncer gástrico y de linfoma gástrico tipo MALT.
Para más información de estos y otros factores microbiológicos de riesgo transmisibles, se puede leer el siguiente artículo.
7- Luz solar, radiación ionizante y gas radón
La luz solar tiene una fracción de radiación ultravioleta, causante del fotoenvejecimiento y daño solar causante del cáncer de piel.
Pese a que todos los fototipos son sensibles a la acción del sol, son aquellas personas de tono más claro las que tienen un menor capital solar y que manifiestan daño por el sol a tiempos de exposición más bajo. Superada la resistencia de la piel al daño solar, son típicos los carcinomas basocelulares, epidermoides y de tipo melanoma en personas fotoexpuestas.
La radiación ionizante emitida por los rayos X, rayos gamma y gas radón puede causar cáncer por daño al ADN. En nuestro día a día, la exposición más habitual a una fuente de radiación ionizante se debe a las pruebas médicas de imagen como radiografías o tomografías computerizadas. También nos exponemos a la radiación ionizante cuando se usa como parte del tratamiento oncológico la radioterapia en casos de cáncer de mama o recto, por ejemplo.
A largo plazo, la exposición a radiaciones ionizantes se asocia a una mayor incidencia de leucemia, mieloma, cáncer tiroideo y cáncer de mama en mujeres.
No obstante, no hay que obsesionarse con estas exposiciones si se justifican por un motivo médico, en estos casos el beneficio es mayor que el riesgo.
Otra situación distinta es el radón, que se desprende de la tierra tras desintegrarse el radio. Hay zonas de la geografía que tienen mayor riqueza en este gas radiactivo. Exponerse a este gas de manera habitual predispone a cáncer de pulmón. Es fácil medir con kits comerciales económicos si nuestra vivienda está sometida a altos niveles de radón, en cuyo caso hay medidas para mitigar esta exposición.
¿Cómo puedo reducir el riesgo de cáncer?
Expuestos los factores de riesgo más importantes de cara a desarrollar un cáncer es el momento de ver qué podemos hacer para minimizar el riesgo de sufrirlo:
1- Evita el tabaco
Se estima que el tabaco causa un 30% de todos los tipos de cáncer. Si fumas, eliminar este hábito hará reducir tu riesgo oncológico en un 50% a los 10 años de abandonar el hábito.
2- Modérate con las bebidas alcohólicas
La moderación en este caso es la clave. Dicha moderación se cifra en 2 UBES día máximo para varones y una para mujeres. Una UBE de alcohol equivale a 10 gramos de etanol, lo que viene siendo, aproximadamente, una cerveza de 300 ml, unos 100 ml de vino o unos 30 ml de una bebida destilada de 40 grados.
3- Mantén un normopeso
Mantener un peso adecuado, con un IMC entre 18,5 y 24,9 kg/m2 se asocia a un menor riesgo de cáncer y de otras enfermedades metabólicas y cardiocirculatorias (ver apartado IMC>30kg/m2).
4- Ingiere una alimentación saludable
Una dieta equilibrada tanto a nivel calórico como en distribución de macronutrientes y adecuado aporte de micronutrientes y fibra está asociada a una menor incidencia de cáncer en general y en particular a cáncer gástrico y colorrectal.
En este caso, lo adecuado es consumir una dieta mediterránea adaptada a los gustos individuales y a los productos de temporada de la zona.
Para más detalles sobre la dieta adecuada para reducir el riesgo de cáncer puede consultarse el siguiente artículo.

5- Realiza actividad física diaria
La actividad física adaptada a las condiciones físicas individuales es positiva a cualquier edad. Reduce el riesgo de DM2, HTA, dislipemias y otros problemas de salud como infartos, depresión, ansiedad y otros. En lo que al cáncer respecta, las personas que son físicamente activas presentan un menor riesgo de algunos tipos de cáncer. Las mujeres que realizan ejercicio también obtienen una protección adicional frente al cáncer de endometrio y mama, sobre todo a partir de la menopausia.
6- Vacúnate y toma medidas profilácticas
La administración de ciertas vacunas puede ayudarnos a reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer. Para el VPH existen vacunas eficaces, así como para la hepatitis B. Para la infección de H. pylori hay un tratamiento antibiótico eficaz.
Tambien es sensato promover el sexo seguro y las barreras físicas adecuadas cuando exista un contacto de riesgo para minimizar el riesgo de estos agentes infecciosos causantes de cáncer.
7- Limita la radiación solar e ionizante
Es necesario recordar que debemos exponernos al sol con protección para la piel y los ojos y evitar las horas de mayor radiación UV que son entre las 12 y las 16h.
Respecto a las radiaciones ionizantes, sobre todo de las pruebas médicas, debemos minimizar la exposición a las mismas, sin obsesionarse con conseguir una radiación 0.
En relación al radón, pueden cuantificarse los niveles que tenemos en domicilio, si se da el caso que vivimos en una zona geográfica con abundancia de radón, y poner medidas para reducir los niveles en nuestro hogar.
8- Acude a controles de salud regularmente
Resulta necesario acudir a nuestro médico para realizar un chequeo de salud. La frecuencia con la que debamos acudir a un centro sanitario dependerá de nuestra edad y los antecedentes familiares y personales de salud. En las mujeres cobran especial importancia las revisiones ginecológicas.
9- Evita la exposición a agentes cancerígenos en tu trabajo y ambiente extralaboral
El cáncer por exposición profesional a agentes cancerígenos puede manifestarse años después de haber cesado el contacto con él. En nuestro medio, los agentes a los que laboral y ambientalmente más frecuentemente podemos exponernos y su cáncer asociado son:
- Asbesto (mesotelioma y pulmón).
- Polvo de madera (senos paranasales y cavidad nasal).
- Cromo hexavalente (pulmón, cavidad nasal y seno paranasal).
- Humos de combustión (cáncer de pulmón).
- Benceno (leucemia).
- Sílice cristalina (pulmón).
- Vapores de ácidos inorgánicos (laringe y pulmón).
- Trabajo a turnos (mama). Ver enlace importancia de los biorritmos en la salud.
¿Sigues alguno de estos consejos?, ¿sabías de su influencia en tu salud?, dejad vuestros comentarios al pie de este post.
Dr. Antonio Alfonso García
- Médico y Farmacéutico
- MIR de Medicina Interna
- Graduado en Nutrición Humana y Dietética
- Graduado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos
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8 respuestas a «Cáncer, ¿puede prevenirse?.»
Hola doctor, cual es el factor modificable más importante para prevenir el cáncer?, y el no modificable?. Muchas gracias por su respuesta. 🙂
Hola Anabella, gracia a ti. EL factor modificable más importante para prevenir el cáncer es evitar el tabaco. El factor no modificable más importante para sufrir cáncer es la edad. Un saludo
Buenas noches doctor. En mi familia hay 3 casos de síndrome de Lynch en mi madre, hermana y un hermano de mi madre. Quería saber si podria reducir el riesgo o la gravedad de esta enfermedad con los cambios que dice, gracias por su respuesta.
Hola Cintia. El síndrome de Lynch es una enfermedad genética que se da por alteración de varios genes que predisponen a diferentes cánceres como de colon, ovario o endometrio. Lo primero que debes hacer es saber si tienes estos genes alterados, así como revisiones para conocer si tienes lesiones incipientes, pues la cirugía profiláctica o muy precoz es el mejor tratamiento actualmente. Un saludo
Buenos días doctor. Tengo diagnosticado cancer de pulmón desde hace 8 meses y estoy en tratamiento. He oído hablar de dietas que pueden ayudar a personas con cáncer, me gustaría conocer su opinión, muchas gracias y enhorabuena por su web.
Hola Roman, gracias por tus comentarios y ánimo con tu enfermedad. Pongo en la lista de temas a tratar tu idea de dietas para pacientes con cáncer. Sí hay algunas evidencias que apoyan dicho enfoque, siempre como apoyo al tratamiento médico estándar y NUNCA como sustituto del mismo. En breve escribiré al respecto. Un saludo
Queria preguntarle si recomienda algún suplemento para fortalecer la inmunidad y si esto prodria reducir el riesgo de cancer. Gracias doctor
Hola Harik, no existe un suplemento para fortalecer un sistema inmune normal. Ten en cuenta que tanto una inmunodeficiencia como un sistema inmune demasiado activo puede causar problemas. En el primer caso resulta más probable un cáncer y las infecciones, en el extremo opuesto están las patologías causadas por hiper-reactividad a agentes como el COVID-19 o las alergias. Saludos