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¿Cuál es el arrepentimiento más común cuando estamos cerca de la muerte?.

La reflexión sobre cómo estamos viviendo nuestra vida y si nos estamos acercando a nuestra felicidad y objetivos debe hacerse antes de que sea demasiado tarde.

Bronnie Ware se dedicó durante años al cuidado paliativo y a atender a enfermos terminales, tras lo cual escribió un libro muy recomendable titulado ´´Los cinco mandamientos para tener una vida plena: ¿De qué no deberías arrepentirte nunca?´´.

En el citado libro reunió las confesiones de cientos de personas en su lecho de muerte, lo que fue una lección para ella y la ayudó a transformar su vida de manera radical.

Ante nuestra propia mortalidad

Ver próxima nuestra inevitable muerte permite madurar nuestros pensamientos y nos hace discernir con claridad lo trascendente de lo superfluo, haciendo un balance de nuestra vida que no siempre es positivo.

Al enfrentar su destino final es habitual que una persona pase por las etapas de negación, ira, negociación, depresión y eventualmente aceptación de la muerte.

Para los que todavía tenemos recorrido de vida por delante, lo importante de las reflexiones de las personas que están próximas a morir es entender que la vida está pasando AHORA y que es AHORA el momento de cambiar nuestros hábitos para evitar arrepentimientos en el lecho de muerte.

Los 5 arrepentimientos más comunes antes de morir

Después de escuchar y atender a cientos de personas cercanas a la muerte Bronnie Ware destiló toda su experiencia en los 5 lamentos más habituales antes de morir:

1. Ojalá hubiera tenido el valor de vivir la vida que quería y no la que otros esperaban de mí.

 Este es el arrepentimiento más común de las personas que ven cercana su muerte. Querer ser como los demás esperan de nosotros o actuar para agradar a los demás puede suponer renunciar a nuestras preferencias en decisiones personales (académicas, sociales…) y profesionales. Es muy duro echar la vista atrás al final de tu vida y ver con meridiana claridad cuántos sueños y deseos propios no se han cumplido por decisiones tomadas por uno mismo.

 2. Ojalá no hubiera trabajado tanto.

Trabajar para obtener unos ingresos que cubran el presente y el futuro de una manera holgada para nosotros y los nuestros o la simple adicción al trabajo supone un intercambio de tiempo por dinero desfavorable a largo plazo. Muchas son las personas que estando cercanas a la muerte se arrepienten de no haber dedicado más tiempo a su pareja o de haberse perdido la infancia de sus hijos en pro de unas mayores ganancias económicas para mantener un estilo de vida basado en el consumismo y lo superfluo.

3. Ojalá hubiera sabido expresar mis sentimientos.

Vivir en sociedad nos condiciona a la hora de expresar nuestros sentimientos, obligándolos a ser políticamente correctos y hacer uso de eufemismos que a la larga llevan a unas relaciones poco sinceras y nada sanas, causándonos resentimiento y amargura.

También es habitual que ocultemos nuestros sentimientos positivos, haciendo una manifestación de felicidad contenida por una divinización de la racionalidad y la no estridencia.

Pese a que no podemos controlar las reacciones de otras personas al manifestarnos, si hablamos con sinceridad pero con educación, llevaremos a un nivel superior la comunicación con nuestros semejantes.

arrepentimiento más común antes de morir
No haber vivido según nuestros principios y sueños, el arrepentimiento más común en el lecho de muerte.

4. Me hubiera gustado conservar mis amistades.

Nuestro estilo de vida y la falta de tiempo nos lleva a descuidar las relaciones personales que son realmente importantes, entre las cuales están las amistades. Cuando estamos cerca de la muerte nos damos cuenta de la importancia de los amigos, dado que los familiares y el entorno más cercano están sufriendo su propio duelo por el dolor de nuestra desaparición. Es ahí cuando las amistades perdidas más se echan de menos. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, darnos cuenta de ese error cuando nos estamos apagando puede suponer un aumento del malestar ya que no suele haber tiempo para recuperar el contacto y reestablecer la relación.

5. Ojalá me hubiera dado permiso de ser más feliz.

Ser feliz es una elección propia. En incontables ocasiones durante la vida aplazamos actividades que nos gustan por anteponer una lista inacabable de obligaciones, reduciendo el ocio a un minúsculo espacio de tiempo, lo que resta calidad de vida y felicidad. Por otro lado, también es habitual aplazar indefinidamente actividades que nos harían felices y quedarnos enrocados en nuestra zona de confort por el miedo al fracaso, lo que podría hacer cambiar la opinión que tienen los demás de nosotros. Cuando estás cercano a la muerte todo se relativiza y deja de importarnos la opinión que tengan los demás de nuestras acciones.

Unas reflexiones finales

Estos pensamientos pueden parecer sencillos y evidentes pero encierran las claves para vivir una vida más plena y feliz, con menos arrepentimientos cuando estemos cercanos a la muerte.

Pese a que sabemos que la vida es finita solemos actuar como si fuéramos a conservar nuestra salud y vida eternamente, aplazando las cosas realmente importantes y haciéndonos vivir una vida agridulce que terminará con arrepentimientos cuando estemos cercanos a la muerte.   

La vida se construye con las decisiones que tomamos día a día. Tener en mente estas reflexiones de gente al borde de la muerte nos ayudará a valorar el rumbo y dar un golpe de timón para cambiar nuestro destino. Cuando llegue el momento final tenemos que sentirnos en paz con nuestros actos y decisiones para subir a la barca de Caronte con la tranquilidad de haber disfrutado y vivido la vida.

Dr. Antonio Alfonso García

  • Médico y Farmacéutico
  • MIR de Medicina Interna
  • Graduado en Nutrición Humana y Dietética
  • Graduado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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6 respuestas a «¿Cuál es el arrepentimiento más común cuando estamos cerca de la muerte?.»

Mi padre murió hace ahora 6 años. Siempre se arrepintió de su adicción al trabajo (era médico), lo que le hizo perderse la infancia de sus hijas y un divorcio. Aunque no soy médica, tengo presente su experiencia para no repetir su error. Gracias por su artículo

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