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Enfermedad y muerte tranquila. Una perspectiva desde la ciencia.

La pregunta sobre cuál es la forma más «tranquila» de morir es una cuestión que ha atormentado a la humanidad desde el principio de los tiempos. El miedo a la agonía, al dolor y a la pérdida de dignidad al final de la vida es una preocupación universal. Desde una perspectiva científica, despojada de consideraciones religiosas o filosóficas, podemos analizar qué enfermedades causan una muerte con el menor sufrimiento físico y mental posible.

Sin embargo, es fundamental entender que la ciencia no puede ofrecer una respuesta definitiva y completamente objetiva sobre la experiencia subjetiva de la muerte. La conciencia, el dolor y el sufrimiento son fenómenos complejos y personales. Sin embargo, podemos basarnos en el conocimiento médico y fisiológico para identificar escenarios en los que el proceso de morir es más probable que sea rápido, indoloro e inconsciente.

La premisa científica. Minimizar el sufrimiento psicofísico y la consciencia.

Desde una perspectiva científica, la «tranquilidad» en el momento de la muerte se asocia principalmente con la ausencia de dolor físico y la pérdida inmediata de consciencia. Un proceso que evite la agonía prolongada y la lucidez en un estado de deterioro físico se consideraría, en este contexto, más «tranquilo».

Escenarios próximos a esta descripción.

  1. Muerte súbita cardíaca. Este es uno de los escenarios que más se acerca a la idealización de una muerte tranquila. Un paro cardíaco repentino e inesperado, causado por una arritmia cardíaca letal o un infarto de miocardio fulminante, puede llevar a la pérdida inmediata de consciencia y a la muerte en minutos, sin dolor.
  2. Accidente cerebrovascular. Tanto una isquemia como una hemorragia masiva cerebral y súbita puede provocar una interrupción aguda del flujo sanguíneo a una parte crítica del cerebro, causando una pérdida inmediata de consciencia y una muerte rápida.
  3. Rotura de aneurisma cerebral. La ruptura de un aneurisma (una dilatación o abultamiento de un vaso sanguíneo arterial o venoso) en el cerebro puede llevar a una hemorragia masiva, causando una pérdida de consciencia inmediata y la muerte poco después.
  4. Embolia pulmonar. Una obstrucción repentina de una arteria pulmonar por un coágulo sanguíneo puede llevar a una súbita insuficiencia respiratoria y cardíaca. Si la embolia pulmonar afecta a un territorio grande, puede causar una pérdida rápida de consciencia y la muerte, sin una agonía prolongada.
  5. Enfermedad renal terminal. Aunque esta no es una muerte rápida, sí es pacífica y tranquila. La pérdida de función renal, sin tratamiento de hemodiálisis, conlleva a una intoxicación progresiva del organismo por la acumulación de metabolitos que el cuerpo no puede eliminar. Aunque el tiempo de desenlace es variable (entre 7 y 10 días aproximadamente), con el paso los días, el paciente va entrando en un estado letárgico y somnoliento del que cada vez cuesta más hacerlo despertar, hasta que finalmente fallece. Es en circunstancias como esta, cuando ves acercarse la muerte lentamente, cuando te planteas lo que uno ha hecho con su vida. En el siguiente enlace puedes leer cuál es el arrepentimiento más común cuando estamos cerca de la muerte.
enfermedad y muerte tranquila sin sufrimiento
La muerte es inevitable, el sufrimiento psicofísico no.

Eutanasia y suicidio asistido.

La eutanasia y el suicidio asistido son temas complejos y sensibles con implicaciones en la esfera ética, moral, religiosa y legal en todo el mundo.

En España, la legislación sobre estas prácticas ha experimentado un cambio significativo en los últimos años. La legalización de la eutanasia y el suicidio asistido en España ha generado un amplio debate en la sociedad, con argumentos a favor y en contra.

Marco legal actual en España. Ley Orgánica 3/2021.

Esta ley, que entró en vigor el 25 de junio de 2021, despenalizó la eutanasia y el suicidio asistido en España, convirtiéndose en el cuarto país de la Unión Europea en regular estas prácticas.

Eutanasia y suicidio asistido no son términos sinónimos.

La eutanasia supone la acción de un profesional sanitario para poner fin a la vida de una persona que padece una enfermedad grave e incurable, o un padecimiento insoportable, crónico e imposibilitante. Este paciente debe haber solicitado previamente de manera libre, informada y consciente la eutanasia.

El suicidio asistido implica la ayuda de un profesional sanitario a un paciente para que se autoadministre los fármacos necesarios para poner fin a su vida, cuando esta persona lo solicita de manera libre, informada, consciente y expresa.

En ambos casos el paciente debe haberlo solicitado en 2 ocasiones y con una separación en el tiempo de al menos 15 días.

Requisitos para acceder a la eutanasia o suicidio asistido en España.

Para poder acceder a la eutanasia o al suicidio asistido en España, la persona debe cumplir con los siguientes requisitos:

  • Ser mayor de edad y capaz: Tener 18 años o más y ser capaz y competente para tomar decisiones en el momento de la solicitud.
  • Ser nacional español o residente legal en España: O tener certificado de empadronamiento que acredite una estancia en España superior a un año.
  • Padecer una enfermedad grave e incurable o un padecimiento insportable, crónico e imposibilitante: Que genere un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable, sin posibilidad de alivio o curación.
  • Haber sido informado de su pronóstico y opciones de tratamiento: Haber sido informado por los médicos sobre su situación clínica y las posibilidades terapéuticas disponibles, incluyendo los cuidados paliativos.
  • Haber formulado la solicitud de manera voluntaria, informada, consciente y por escrito: La solicitud debe ser reiterada en el tiempo, dejando constancia escrita de la voluntad del paciente.
  • Haber sido informado sobre el proceso de la eutanasia o suicidio asistido: Recibir información detallada sobre los métodos, los riesgos y las consecuencias.

En resumen…

Desde una perspectiva científica, la forma más «tranquila» de morir se asocia con una pérdida de consciencia rápida e indolora, idealmente sin un período prolongado de agonía. Escenarios como la muerte súbita cardíaca, algunos tipos de accidentes cerebrovasculares o la rotura de aneurismas cerebrales se acercan a esta descripción. Sin embargo, es fundamental recordar que la experiencia de la muerte es compleja y que la ciencia solo puede ofrecer una comprensión parcial.

España cuenta con una legislación que regula la eutanasia y el suicidio asistido, estableciendo requisitos estrictos y un proceso garantista para proteger la voluntad del paciente. Esta ley representa un avance significativo en el reconocimiento del derecho a una muerte digna en determinadas circunstancias y un cambio en la perspectiva legal sobre el final de la vida.

Dr. Antonio Alfonso García

  • Médico y Farmacéutico
  • MIR de Medicina Interna
  • Graduado en Nutrición Humana y Dietética
  • Graduado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos

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